21-11-2014
El viento azota su cara con fuerza al traspasar la
puerta. Sus ojos se cierran por un instante para protegerse pero la sonrisa se
mantiene. Es casi la hora de comer y lleva más de 24h en pie, pero la
sonrisa sigue intacta... La ropa la siente como algo donde su cuerpo se esconde
para atesorar las heridas de guerra sólo para ella. Aún siente el calor de sus
manos en la piel y cada poco da algún traspiés porque sus muslos aún caminan
débiles. Ese temblor le recuerda las horas de sexo desmedido y esa humedad que
apenas la ha abandonado vuelve a hacerse más patente. La idea de volver le
cruza la mente y la sonrisa se convierte en carcajada. Algunos miran... Le da
la sensación de que su cuerpo debe desprender un olor a sexo difícil de
disimular. No le importa, relentiza el paso y disfruta del sol que acaricia su
cara por el parque. El móvil suena. Es él. "Te echo terriblemente de menos
ya. ¿Porqué no vuelves?..." Silencio. Se para. Duda, pero decide dilatar
la vuelta y poder comersen de nuevo con ansia en el próximo encuentro. FIN.
24-11-2014
Lunes, aún no son las 10 y
ya se remueve inquieta en la silla. La reunión acaba de empezar pero su cuerpo
ya ha reaccionado al verlo. Todavía no han cruzado ni una sola mirada pero sabe
que a él no le ha pasado desapercibido el corto del vestido hoy. Se nota salibar
más de lo normal. Mientras él expone algo, de pie, no consigue apartar los ojos
de su trasero. Traga.